- María del Campo
- 10 Ene 2013 - 10:00
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Las iglesias han sido y son lugares de culto religioso desde hace siglos. Pero los tiempos cambian y con ellos, los usos a los que se destinan.
El difícil mantenimiento de algunas iglesias por la incapacidad de sufragar su coste o la falta de feligreses han hecho que algunas de ellas en países europeos y Estados Unidos hayan tenido que vender sus edificios para otros usos más “mundanos”.
Y es que ya podemos salir una noche de fiesta a una iglesia o a un templo, transformado ahora a un culto… digamos más musical. Una idea impensable probablemente para muchas personas en España, pero que no resulta tan rara fuera de nuestras fronteras. Antiguas iglesias han pasado a ser renombradas discotecas, sobre todo por su increíble arquitectura y las posibilidades que ofrece un espacio tan grande.
En Reino Unido, país elegido por muchos jóvenes para pasar unos meses y aprender inglés, podemos encontrar algunas de las más famosas. La primera de ellas es Viper o V, una antigua iglesia metodista que en 2009 fue convertida en la discoteca de moda en Bournemouth, con lounge y patio adosados. Situada en la antigua iglesia de St Andrew’s, se trata de un antiguo templo de impresionantes arcos góticos, que ahora tiene un horario menos propicio pada para la oración: de jueves a sábados hasta las 3:00 y los domingos hasta las 24:00. En la ciudad de York encontramos otro ejemplo de la reconversión de una iglesia en un centro de ocio. Sobre una antigua iglesia, ahora rehabilitada, se asienta The Parish, un pub en el que destaca su impresionante decoración y los cómodos sofás donde degustar uno de los cócteles de la casa. Al menos en este caso el nombre del garito, «la Parroquia», sí hace alusión a su uso anterior.
La histórica ciudad de Dublín alberga, otra joya en lo que a “templos musicales” se refiere. Los estudiantes de inglés en Irlanda tienen una magnífica oportunidad de visitar la impresionante iglesia de St Mary y disfrutar de una buena cena o una pinta de cerveza. Esta iglesia, construida a principios del siglo XVIII, se cerró en el año 1964 y tras varios años de restauración volvió a abrir sus puertas en 2005 reconvertida en The Church, una impresionante construcción que aún hoy mantiene su órgano original. Posee hasta 5 estancias diferentes: un bar principal, un restaurante, un nightclub, una gran terraza y hasta una sala privada para fiestas. Donde evidentemente no se han complicado los nuevos propietarios ha sido en la elección del nombre.
Sin salir de Europa, encontramos en Amsterdam el Cosmic Relaxation Center Paradiso, más conocido como Paradiso. El edificio de la iglesia de Weteringschans, que data del siglo XIX, se utilizó hasta 1965 como lugar de congregación de un grupo liberal religioso holandés. Desde el año 1968 alberga un espacio musical abierto a la creatividad. Se encuentra en la céntrica plaza Leidseplein, un importante punto turístico de animada vida nocturna de la ciudad. Este centro se ha convertido en un referente de la música gracias al gran número de artistas importantes que han pasado por su escenario: desde The Rolling Stones hasta Lady Gaga, pasando por Prince, Ramones o Coldplay, entre otros.
En Estados Unidos también encontramos ejemplos parecidos al de Padadiso. Muchos de ellos cerraron ya sus puertas, como el famoso The Limelight de Nueva York, ahora reconvertido en un mercado. Este afamado club poseía también una ubicación en la vibrante ciudad de Chicago que se mantiene 27 años después de su apertura, bajo su nombre actual, Excalibur. Por este club han pasado artistas del actual panorama musical internacional como Rihanna y en él es frecuente ver a DJ’s de la talla de Tiësto, Armin Van Buuren o Paul Van Dyk entre otros.
Pero las “reconversiones” no son siempre del gusto de todos. Estos casos no son muy bien vistos por el Vaticano, que en el año 2009 lanzó una prohibición para que las iglesias no fueran vendidas hasta que no se conociese si la utilidad final de la anterior iglesia fuese en contra de la moral católica.
En nuestro país pudimos ver un ejemplo de un uso “políticamente incorrecto” de una discoteca. La Meca, ahora llamada La Isla, es una discoteca en Águilas (Murcia), cuya arquitectura simula a la de una mezquita, incluyendo una cúpula y un minarete. En 2010 tuvo que cambiar su nombre debido a las fuertes críticas recibidas por un colectivo islámico de la ciudad que consideraba ofensivo el uso de símbolos religiosos para una discoteca cuyas actividades están en contra de los principios del Islam.
Polémicas aparte, lo cierto es que la reconversión de estas discotecas, auténticas joyas arquitectónicas, evitan de algún modo que estos edificios desaparezcan una vez que dejan de servir para usos religiosos y ofrecen una oportunidad a todos para visitarlas.