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12 consejos para traductores noveles

Una serie de consejos para traductores imprescindibles

Quién lo diría. Revisando nuestras redes sociales (que si facebook, que si twitter…) nos hemos dado cuenta de que muchos de nuestros seguidores sois traductores (‘Sacrebleu!’). Y claro, no podíamos dejar pasar este hecho por alto. ¡Algo había que hacer al respecto! Por lo que hemos decidido escribir un artículo dedicado precisamente a estos profesionales. Que si traductores profesionales, que si intérpretes, que si estudiantes de traducción… Especialmente a estos últimos está dirigido el artículo de hoy. Que sabemos lo complicado que puede llegar a ser este mundillo

Para ello hemos preguntado (interrogado más bien) a unos cuantos traductores que tenemos el placer de conocer (personas raras y soñadoras donde las haya. Siempre concentradas en sus textos, y siempre con la capacidad de sorprenderte) e investigado a fondo por el maremágnum que es Internet. El resultado: estos 12 consejos para traductores noveles. Desde particularidades específicas de la carrera a claves para su desarrollo profesional. Todo sea para facilitarles el camino que uno ha de empezar después de la Universidad. Si tú eres uno de ellos esperamos que los siguientes puntos te sean de gran ayuda. Y si en cambio eres un traductor de ya largo recorrido por favor, te agradeceríamos (y no sabes cuánto) que compartieras tus experiencias y consejos con los más inexpertos a través del tablón de comentarios que encontrarás abajo. ¡Encantados estaremos de incluirlos en el presente texto!

“La traducción es una de las poquísimas actividades humanas donde lo imposible ocurre por principio.” Mariano Antolín Rato
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Leer y entender

Parece una obviedad. Y lo es. Pero hay que tenerlo siempre presente. Antes de tratar de modificar un texto debes leerlo detenidamente y entenderlo a la perfección. Es vital comprender el sentido del texto, así como tratar de transmitir el sentimiento del autor. Más aún si te enfrentas a un texto técnico, investigaciones o manuales; que requieren de un profundo conocimiento de diversas materias.

Hay que ser fiel al texto original

Por mucho que nos cueste y por mucho que pensemos que podríamos mejorarlo. No has de decir nada que no aparezca en el texto original y, si por algún casual te ves obligado a omitir algo, asegúrate de que se trata de algo superfluo. Aunque, en mi particular opinión (así aporto mi granito de arena), jamás omitas parte alguna del texto. Por si acaso.

Y respetar las normas de la lengua meta

Otra obviedad, pero que conviene recordar. Tanto las sintácticas como las morfológicas. Y no sólo las normas, también las tendencias. Ejemplo: es muy común ver muchas oraciones en voz pasiva en textos traducidos del inglés al español. Muchas más de las que estamos acostumbrados a ver en este nuestro idioma. Algunas de ellas son incorrectas (ya que se forman con verbos intransitivos en español) y otras poco naturales; ya que nuestro idioma tiende a la voz activa.

“Lo peor de ser un traductor profesional es que uno se acostumbra a exprimir cada esponja hasta secarla – y son tan pocos los autores que han tenido la intención de usar todo el contenido de sus esponjas. Las palabras se hacen más ricas cada vez que se las utiliza deliberadamente… pero sólo cuando son deliberadamente utilizadas; y es difícil ser consciente de cada una de las palabras y al mismo tiempo consciente de sí.” T. E. Lawrence
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La importancia de la cultura

No sólo saber el idioma es importante; también has de poseer un amplio conocimiento de la cultura, los procesos y los procedimientos a los cuales hace referencia el escrito. Esto incluye la simbología, las expresiones, las jergas… Por eso mismo, cuando estudies un idioma asegúrate también de aprender e interiorizar la cultura del país/es donde se habla. Además, así tendrás más motivos para viajar y así conocer estos destinos mejor

Y también del contexto

Nos explicamos: de cara a traducir textos publicitarios, páginas webs, catálogos, manuales, etc. de carácter internacional has de conocer en profundidad el contexto para no limitar el contenido del escrito a una región o país en específico. En este sentido el mensaje ha de ser entendido de la forma más amplia posible. Porque si no luego nos encontramos con casos como los de estas marcas…

¡’Achtung’! ¡Falsos amigos!

Los conoces, ¿no? Es decir, palabras de distintos idiomas con morfología similar pero significados muy diferentes. Gran muestra de ello es el término ‘Constipated’ en inglés; que parece significa ‘Constipado’ pero realmente es ‘Estreñido’ (traducir mal esta palabra puede deparar tronchantes resultados). Aunque si lo que de verdad quieres son ejemplos, atento a cuáles son los 20 False Friends del inglés más importantes. ¿Algún truco para evitarlos? Sólo se nos ocurre que no des por hecho lo que parece evidente.

“Sin traducción habitaríamos provincias lindantes con el silencio.” George Steiner
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Cuidado también con los extranjerismos

Con este tema siempre hay mucha controversia. Pero nosotros somos partidarios de que si ya existe un equivalente en la lengua meta (y su uso está generalizado) se use éste y no el extranjerismo en cuestión. Y así no nos encontremos casos como el de cierta revista de moda que se atrevió a decir “los pantalones you must have”…

Y nada de traductores automáticos

Desde Google Traductor a los mil y uno que abundan en otras tantas páginas. Particularmente te recomendamos no utilizarlos en ningún caso. Para nada de nada. Sin embargo alguna que otra persona más experimentada que nosotros en estas lides nos ha comentado que su uso está justificado siempre y cuando se trate de una primera aproximación. Pero sólo para una primera aproximación, ¿eh? Que si no nos encontramos con errores de traducción capaces de hacernos llorar.

No te obsesiones con los significados literales

No siempre hay que traducir los textos al pie de la letra. Puede parecer una contradicción al punto de ‘Hay que ser fiel al texto original’ pero créenos; no lo es. Lo que de verdad importa es trasladar siempre el sentido de los escritos. Y es que normalmente los idiomas, para decir lo mismo, se refieren a la realidad desde puntos de vista bien distintos. Buen ejemplo de ello son los proverbios que podemos encontrarnos a lo largo y ancho del mundo de las lenguas. De este modo, “Hablando del rey del Roma” se traduce en inglés como “Speaking of the devil”. Y como ves, de rey de la Ciudad Eterna a soberano de los infiernos hay un paso.

“La regla de oro para toda traducción es, a mi juicio, decir todo lo que dice el original, no decir nada que el original no diga, y decirlo todo con la corrección y naturalidad que permita la lengua a la que se traduce.” Valentín García Yebra
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Especialízate

Éste es uno de los consejos que más nos han repetido una y otra vez. Es muy importante que tengas claro a qué sector quieres dirigirte y en qué idiomas quieres especializarte. No es lo mismo trabajar por cuenta propia que tratar de hacerse un hueco en agencias nacionales o internacionales. Al igual que tampoco lo es estudiar uno u otro idioma. Sea como sea trata de centrarte en aquello que más te gusta y trata de combinarlo con las mejores posibilidades de futuro.

Sé constante

El trabajo de traductor a veces puede llegar a ser un poco frustrante (y con “poco” realmente nos referimos a “mucho”). Que si clientes pesados por aquí, que si traducciones cuasi imposibles por allá, que si de repente te toca traducir un texto de lo más aburrido… También si decides trabajar como ‘freelance’ y ves como los clientes caen con cuentagotas. Pero nunca hay que caer en la negatividad. Los clientes acabarán llegando a medida que vayamos mejorando en nuestro trabajo. Y los escritos aburridos darán paso a otros más interesantes. Hay que tratar de ser siempre constante en nuestro trabajo. Sobre todo si trabajamos de forma autónoma y no tenemos a nadie que nos “presione”.

Aprende a decir “no”

No todos los clientes son buenos, y no todos los trabajos han de ser aceptados. Recuerda que has estudiado una carrera y dedicado unos cuantos años de tu vida a sacarte el título. No conviene aceptar trabajos por los que no te vayan pagar (a no ser que recibas una compensación igual de importante), ni lidiar con clientes que piden cambios una y otra vez pero no se dignan a aumentar los honorarios. Dedicar tiempo a este tipo de clientes hará que destines menos tiempo a esos otros que realmente sí merecen la pena. O, en caso de que no los haya, a trabajar en tu marca personal (lo que es igual de importante).

Y ya a modo de conclusión (para no liarte más). El consejo que a nuestro parecer es el más importante (en ésta y otras carreras): dedícate a lo que de verdad te gusta. En serio. Si quieres ser tu propio jefe que nadie te quite de la cabeza la idea de ser ‘freelance’. Si te cuentan que el mercado de traductores de inglés está saturado pero es el idioma que te apasiona no les hagas caso. Lucha por ser el mejor y ya está. De todo hay trabajo; siempre y cuando uno se esfuerce por conseguirlo. Te dejamos con esta reflexión, y con la esperanza de que te conviertas en un gran traductor

Una serie de consejos para traductores que seguro te vienen bien

    5 comentarios

  1. Gabriel Figueroa
    7 de septiembre de 2015 - 22:34

    Cuando dicen: «Hay que ser fiel al texto original», o «No has de decir nada que no aparezca en el texto original», creo que se peca. ¿Será el no olvidarse de ninguna palabra? ¿Qué se entiende por ser fiel al texto original?
    Me parece que se olvida algo que está por sobre la «fidelidad» al texto original, y es «transmitir la misma idea» aunque las palabras no coincidan para nada con el «texto original». Las IDEAS son la esencia de la traducción, se entienden ideas y se deben transmitir las mismas ideas. ¿Tiene sentido – en este contexto – ser «fiel» al texto original»?
    Un traductor no traduce palabras sino IDEAS. Y las ideas tienen forma, carácter, registro, sentido, «appealing», transmiten una imagen, un estado de ánimo, etc. Son complejas como lo es el pensamiento mismo. Son tan complejas como es el cerebro mismo. Son tan complicadas como lo somos los seres humanos.

    • Alex Navarro
      8 de septiembre de 2015 - 9:10

      Toda la razón del mundo Gabriel. Perdona si nos hemos explicado mal y se entiende otra cosa; peor en el punto de «No te obsesiones con los significados literales» hacemos especial incidencia en ello. No importa tanto traducir palabra por palabra que trasmitir el sentido de los escritos. Con fidelidad al texto nos referimos precisamente a este hecho. Y precisamente por eso creemos que se trata de una profesión tan difícil y tan digna de elogio 😉

  2. Adelina Bordea
    4 de septiembre de 2015 - 21:21

    Un artículo de lo más interesante y útil. Acabo de comenzar la carrera, pero estoy muy entusiasmada con ser «freelance» y sé todo el esfuerzo que ello conlleva. Es cierto que muchas veces se cae en la procrastinación o en la frustración tratándose de esta profesión, pero si de verdad algo gusta, se va a hacer todo lo posible por salir adelante y ser el mejor.
    ¡Muchas gracias por la reflexión final, es de lo más motivadora!

    • Alex Navarro
      7 de septiembre de 2015 - 9:42

      Toda la razón del mundo Adelina. Suscribimos al 100% tu comentario. Muchas gracias por tu aporte, y te deseamos toda la suerte del mundo en tu futuro como traductora 😉

  3. Adentro Translations
    3 de septiembre de 2015 - 15:55

    Un consejo para los que empiecen la aventura con el mundo de la traducción: encontrad un campo específico en el que especializarse. Los clientes se van a fiar más de vosotros si demostráis ser expertos en un área en concreto.

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